La responsabilidad de asegurar alimentos inocuos y nutritivos a lo largo de la cadena alimentaria incumbe a todos los interesados. El desafío consiste en crear unos sistemas integrales y eficaces que garanticen la participación y el compromiso a largo plazo de todas las partes interesadas en cada una de las etapas.
A pesar de los enormes avances científicos y tecnológicos y de la mejora general en todo el mundo de los sistemas alimentarios, las enfermedades transmitidas por alimentos persisten y son motivo de grave preocupación para los organismos que se ocupan de la salud pública y para los consumidores. Los alimentos son el vector de múltiples peligros biológicos, químicos y físicos. La actitud de los consumidores está evolucionando, al menos en los países desarrollados, siendo cada vez mayor la inaceptabilidad social de los riesgos relacionados con los alimentos. Además, los consumidores exigen de modo creciente acceso a productos que contribuyan a una alimentación sana y nutritiva.
Se han estudiado diversas opciones para garantizar a los consumidores unos alimentos inocuos y nutritivos. Una de ellas, preconizada por la FAO, consiste en la creación de un sistema alimentario integral y eficaz, basado en un enfoque que abarca toda la cadena alimentaria. El objetivo práctico es asegurar que los alimentos cumplan unos criterios de inocuidad basados en principios científicos, al tiempo que permitan alcanzar un equilibrio adecuado entre otros factores pertinentes, como por ejemplo la viabilidad técnica, el costo y las preocupaciones sociales, éticas y ambientales. Un sistema alimentario integral se caracteriza por una serie de atributos.
La creación de sistemas integrales y eficaces de inocuidad de los alimentos en los países en desarrollo (así como en los países en transición) requiere una amplia labor de fortalecimiento de la capacidad e inversión en instituciones e infraestructura. En este contexto, la FAO preconiza la adopción de una estrategia para asegurar alimentos inocuos y nutritivos basada en un enfoque que abarca toda la cadena alimentaria. Los principales elementos de esta estrategia son los siguientes:
A nivel internacional:
• Identificación, evaluación y gestión de los riesgos para la inocuidad de los alimentos;
• Asesoramiento e información sobre las necesidades nutricionales y la alimentación sana
• Celebración periódica de foros mundiales y regionales de organismos que se ocupan de la inocuidad de los alimentos
• Enfoque global de la inocuidad de los alimentos y la sanidad animal y vegetal
• Sistemas interactivos de comunicación
• Buenas prácticas a lo largo de toda la cadena alimentaria
• Sistemas internacionales de alerta rápida sobre peligros para la inocuidad de los alimentos
• Asistencia técnica y financiera internacional para fortalecer la capacidad.
A nivel nacional:
• Fortalecimiento de la capacidad mediante la formulación de programas sobre calidad e inocuidad de los alimentos y nutrición
• Creación a nivel institucional de sistemas integrales y eficaces de control de la inocuidad de los alimentos
• Evaluación de las modalidades de consumo de alimentos y fomento de la sensibilización de los consumidores
• Elaboración de tecnologías apropiadas en toda la cadena alimentaria
• Inversión en infraestructura conexa.
A nivel tanto nacional como internacional:
• Movilización de recursos con fines de fortalecimiento de la capacidad e inversión en infraestructura.